Tontunas ante el miedo

Es curiosa la reacción que tenemos ante situaciones que nos producen miedo. De hecho, creo que nosotros mismos nos sorprendemos de nuestras propias reacciones.

Poniendo un ejemplo tonto, me acuerdo una vez que bajaba andando por una calle, cerca de mi casa, cuando se interpuso en mi camino una araña peluda y de un tamaño considerable, aunque no llegaba a ser tarántula, cruzando de un lado a otro de la acera. Fue tal el susto y pavor que sentí (seguramente ante el temor de ser devorada por tal bestia) que me tiré, como si se me fuera la vida en ello, a los arbustos que tenía al lado (que a saber lo que habría allí...). Sobreviví y lo mejor de todo, sin la ayuda de Frank de la jungla...

Recuerdo un monólogo del Club de la Comedia que trataba las reacciones estúpidas ante el miedo. Cuanta verdad en aquellas líneas.

En el caso de miedos más importantes como el compromiso, la responsabilidad, etc. no actuamos por impulso sino que intentamos prever los pros y los contras que conllevará nuestra elección. El miedo no es nada más que cobardía ante lo desconocido, la equivocación, el dolor, el fracaso, etc. Quién no arriesga no gana. Para mí, el mejor antídoto es el riesgo, la decisión y creer en mi misma.