En cambio, la vuelta no fue tan satisfactoria. Configuré mal la ruta de regreso y el tomtom me metió por callejuelas de Madrid donde, codo con codo, tuve que lidiar con taxistas, autobuseros, repartidores y algún que otro desgraciado rey del asfalto. Salí ilesa y sin los sudores de tiempos pasados, como en la autoescuela. Aquella sensación de satisfacción, cual guerrero victorioso en plena batalla campal, me hizo repetir la experiencia al día siguiente y hacerme con la ansiada conquista.

2 comentarios:
"Aquella sensación de satisfacción, cual guerrero victorioso en plena batalla campal" grandeeeee. Entonces ahora vas siempre en tu tomtom?? QUÉ VALIENTE!!! :D
bueno..el tomtom es el gps jeje! en coche voy alguna vez q otra, q sale muy caro :(
me estoy acordando de una partida de bolos q teníamos pendiente!!!
Publicar un comentario